Un verdadero consolidador tiene un carácter especial que permitirá que el fruto sea retenido y pastoreado de manera correcta.
1. Ser llamado: Un consolidador entiende y comprende que el fruto que el señor ha confiado debe ser cuidado, atendido y retenido para así dar más fruto.
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2. Es un colaborador de Dios: El líder debe entender que desarrolla la función específica de cuidar las almas que el señor ha ganado con su sangre y que cada alma es valiosa para el señor.
3. Es una persona de Oración: El consolidador es una persona de oración, sabe que en el secreto es donde se ganan las batallas más fuertes y es allí donde conquistaremos y arrebataremos las almas que el enemigo no quiera entregar.
4. Se interesa por las necesidades del nuevo creyente: El consolidador se preocupa por las necesidades de las almas, muestra interés por sus familias, siente carga por ellos, dispone de tiempo para escucharlos y aconsejarlos y en lo posible suple sus necesidades.
5. Es una persona con unción de restauración: El consolidador tiene una profunda compasión de las personas, confiesa el pecado de ellos como si fuese propio, implora el favor y misericordia divina para con ellos y confía plenamente en la restauración de sus vidas.
Para que la consolidación sea efectiva, es bueno enseñar a cada miembro de la célula que la practique como un estilo de vida.