1. Haz una visita previa: El líder debe visitar la casa antes de abrir la célula, para conocer las necesidades del hogar, conocer al anfitrión, recordarles los beneficios espirituales de tener una célula en casa y explicarle el funcionamiento de la célula.
Y el arca de Dios estuvo con la familia de Obed-edom, en su casa, tres meses; y bendijo Jehová la casa de Obed-edom, y todo lo que tenía.
(1a. Crónicas 13:14) RVR1960
2. Haz un diagnóstico del lugar: Es importante hacer un diagnóstico tanto del lugar como de las personas que habitan la casa donde se va a realizar la Célula.
Evalúa los aspectos físicos como el espacio donde se realizará la célula, iluminación, capacidad.
No hagas exigencias exageradas y agradece la disposición del anfitrión; y los aspectos espirituales como la condición espiritual de los miembros del hogar y del sector donde estará ubicada la célula.
Y observad la tierra cómo es, y el pueblo que la habita, si es fuerte o débil, si poco o numeroso;
cómo es la tierra habitada, si es buena o mala; y cómo son las ciudades habitadas, si son campamentos o plazas fortificadas;
y cómo es el terreno, si es fértil o estéril, si en él hay árboles o no; y esforzaos, y tomad del fruto del país. Y era el tiempo de las primeras uvas.
(Números 13:18-20) RVR1960
3. Ungir el lugar: Una vez desarrollados los puntos anteriores, el siguiente paso es ungir el lugar para abrir la Célula.
Explícale al anfitrión el por qué es necesario ungir el lugar.
El ungir un lugar equivale a consagrarlo para un propósito específico, en este caso, atraer la presencia de Dios y predicar Su Palabra.
Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
(Mateo 18:20) RVR1960
4. Ora por la casa: Haz una breve explicación de los beneficios de consagrar un lugar para Dios.
Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra. Ahora estarán abiertos mis ojos y atentos mis oídos a la oración en este lugar; porque ahora he elegido y santificado esta casa, para que esté en ella mi nombre para siempre; y mis ojos y mi corazón estarán ahí para siempre.
(2a. Crónicas 7:14-16) RVR1960