Un ejemplo claro son las amistades con personas que tienen una actitud negativa, casi siempre se convierten en un lazo para nuestra alma y nos desvían del propósito.

Uno de los reyes que se destacó por su integridad fue Josafat, pero cuando tuvo amistad con el rey Acab puso en riesgo su propia vida. Usted puede leer la historia completa en 2 de Crónicas 18, pero lo que sucedió es que Josafat accedió a salir a la guerra solamente por guardar su amistad con Acab y allí fue rodeado por los enemigos de Acab, que por poco le quitan la vida.

Con este ejemplo me gustaría hacerte entender que la actitud está muy condicionada por el ambiente que nos rodea. Es prácticamente imposible ser una persona de fe si todo el tiempo estamos comunicándonos y compartiendo nuestros sueños con personas incrédulas.

1. Una actitud correcta transforma las circunstancias: Nosotros, al igual que Adán, nos encontramos frente a la tarea de transformar las circunstancias que nos rodean a través de nuestras declaraciones de fe. Por ejemplo, ¿qué es lo primero que tú declaras cuando te levantas? “Estoy cansado”, “No sé cómo voy a responder a todas mis obligaciones”, etc.

Al hacerlo estás trazando el destino profético de tu vida. Recuerda lo que dijo el proverbista:

Es por eso que debes enfrentar cada día y aún cada situación adversa con la mejor actitud declarando las promesas de Dios para tu vida, hacerlo transformará tus circunstancias, te sacará de esa atmósfera negativa y te permitirá correr con la Visión sin estorbo.

2. No te conformes con tus conquistas: Por lo general, los líderes tienden a conformarse cuando alcanzan cierto fruto y pierden el ímpetu para conquistar nuevos desafíos. Se quedan estancados cuando se sienten cómodos, pues mantener el ministerio no les implica ningún esfuerzo adicional. Esto es algo muy peligroso, ya que nos aparta de cumplir el propósito que Dios tiene para nosotros y nos impide alcanzar más personas con el evangelio.

Es fundamental que aquellos que se están desarrollando dentro del liderazgo, entiendan que innovar es necesario para cumplir el propósito divino. Si observamos la creación, encontraremos que no existe absolutamente nada que sea repetitivo, ya que Dios lo hizo todo con ingenio y hermosura. 

Como sabrás en el trabajo con la Visión nunca hemos dejado de crecer o mejorar, sino que, por el contrario, estamos constantemente evaluando y modernizando nuestra forma de trabajar para poder llegar siempre a la necesidad de las personas. Gran ejemplo de esto son Capacitación Destino y Universidad de la Vida. Ambos procesos han requerido cambios en nuestra manera de trabajar, pero hacerlo ha resultado de mucha bendición para el crecimiento de la iglesia y nos ha permitido que la Visión siga creciendo y corriendo por el mundo.

Si tú eres líder debes entender que los tiempos cambian rápidamente y si la iglesia no está creciendo constantemente perderá su efectividad.

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3. La actitud de los conquistadores frente a la adversidad: En la Palabra encontramos la historia de Job, a quien el mismo Dios describe como un varón perfecto. Recordemos el caso de Job quien, de la noche a la mañana, sufrió un terrible cambio en toda su vida pues, en un solo momento perdió a sus hijos, sus siervos, sus bienes, todo su ganado; y aunque la prueba continuó por varios meses, él dijo:

Ni la pérdida de su familia, ni de todos sus bienes, ni la enfermedad en su cuerpo, ni los terrores de la noche, ni las palabras de condenación de sus tres amigos, lo doblegaron en su espíritu; Job sabía que las respuestas a todas sus necesidades estaba en su Dios, y ese espíritu de victoria fue lo que lo hizo un conquistador.

Toda la riqueza espiritual se adquiere en la medida que nos relacionemos con Dios y su Palabra porque la Palabra de Él en nuestras vidas, se convierte en una poderosa arma contra cualquier argumento del adversario.

4. La actitud de un conquistador frente al negativismo: Todo conquistador tiene que aprender a moverse, no por las circunstancias, sino por lo que Dios ha dicho en su Palabra. Tenemos el gran ejemplo de Josué y Caleb cuando diez de los espías que inspeccionaron la tierra prometida dieron informe negativo y hablaron mal de la tierra (Números 13).

Estos dos gigantes de la fe del Antiguo Testamento, debido a su relación permanente con Dios, pudieron desarrollar ese espíritu de conquista, el cual iba acompañado de una alta dosis de fe.

Ellos no miraron las circunstancias, ni aceptaron el reporte negativo que daban los otros diez. El hombre de Dios sabe que el Señor está por encima de cualquier circunstancia y que Él es fiel para cumplir lo que promete.

Un aspecto fundamental que identifica a los conquistadores es su lenguaje, note cuidadosamente que en esta historia lo que marcó la diferencia entre los 10 y Josué y Caleb fue el reporte que dieron.

Te recomiendo que te determines a sacar la queja de tu vocabulario, no construye y siempre indispone.

5. La actitud de un conquistador frente al temor: Uno de los enemigos más poderosos que tiene que enfrentar todo conquistador es el temor, pues quien esté controlado por el temor se abstendrá de dar pasos de fe.

Detrás de una persona con problemas de carácter, muchas veces se esconde una herida emocional en lo más profundo del corazón; pero cuando se abre para recibir ayuda de Dios, esa debilidad se convierte en fortaleza.

El temor aparece como una de las causas de fracaso más determinantes en el ser humano y su misión específica es hacer que las personas se desvíen del propósito por el cual Dios los envió a este mundo.

Todo aquello que el hombre tema, viene a convertirse en su amo.

Todo aquel que se somete a algo para servirlo, viene a ser esclavo de aquello a lo que se somete. El proverbista dijo:

También la Palabra enseña:

Estos dos versos nos enseñan que a través del amor de Dios y de poner nuestra confianza en Él, podemos ser libres del temor.

He conocido un gran número de personas que por temor han perdido tiempo y oportunidades valiosas para crecer en el liderazgo.

Recuerde que el temor es un gran predicador, es una voz muy sutil que nos presenta siempre el peor panorama posible para dejarnos congelados, pero tú debes aprender a reconocer que esa es la voz del enemigo y no prestarle atención.

Siempre que escuches la voz del temor debes contrarrestarlo declarando las promesas de Dios, tal como lo hicieron Josué y Caleb.