El bautismo es una transición entre dos etapas. Es un cambio total, una inmersión total. En definitiva, es la oportunidad de volver a empezar.
Ser bautizado es un evento que consiste en sumergirse en el agua y simboliza ser sepultado junto con Cristo.
El Señor ya no requiere que suframos la tortura de la Cruz porque Él ya cargó con nuestra culpa, nuestro pecado y nuestras maldiciones. Su única instrucción para nosotros es bajar al agua, lo que equivale a morir en la Cruz, enterrar completamente allí nuestra vieja naturaleza y declarar públicamente que somos resucitados para convertirnos en Sus hijos y servirlo con todo nuestros corazones.
Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos.
Colosenses 2:12 RVR1960
¿O no sabéis que todos los que hemos sido bautizados en Cristo Jesús, hemos sido bautizados en su muerte?
Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva.
Romanos 6:3-4 RVR1960
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