Jesús trabajó el discipular con un equipo de 12 hombres. Cuando esta verdad se hace rhema en nuestra mente, entendemos que si queremos lograr la salvación de las naciones de la tierra, debemos comenzar trabajando con 12 personas.
El Señor mismo pasó tres años y medio trabajando como un alfarero en el carácter de cada uno de sus discípulos.
Podemos aprender cosas muy prácticas de su ejemplo que nos ayudarán a formar discípulos:
1. Jesús invirtió tiempo en ellos y fue paciente: Algunos líderes quieren formar instantáneamente un equipo de 12, pero el proceso de formación toma tiempo y mucha paciencia.
Al Señor Jesús le tomó tiempo reproducir Su carácter en Su equipo. Necesitó paciencia ya que al inicio muchos de ellos no entendían los principios espirituales.
A pesar de eso, puso toda su dedicación en aquellos a quienes había formado y, gracias a esto, ellos trastornaron todo el mundo.
¡Sé paciente e invierte tiempo en cada uno de tus discípulos!
Jesús le dijo: ¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: ¿Muéstranos el Padre?
(Juan 14:9) RVR1960
2. Jesús formó a sus discípulos a través de la fe: los discípulos de Jesús estaban llenos de imperfecciones. Probablemente, nadie había pensado que ellos eran los escogidos para continuar con el plan de salvación, pero Jesús los vio a través de los ojos de la fe. Por ejemplo Simón (que significa caña), a quien el Señor le cambió el nombre a Pedro (roca) y esto cambió su naturaleza por siempre.
Usted debe ser sensible y ver a sus discípulos, no por sus debilidades, sino con los ojos de la fe.
¡Cada uno de ellos tiene el potencial para convertirse en un gran líder!
Respondiendo Jesús, les dijo: De cierto os digo, que si tuviereis fe, y no dudaréis, no solo haréis esto de la higuera, sino que si a este monte dijereis: Quítate y échate en el mar, será hecho. Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.
(Mateo 21:21-22) RVR1960
3. Jesús formó a Sus discípulos a través de situaciones cotidianas: Muchas veces pensamos que la formación es el producto de elaborados sermones, pero el Señor aprovechó las situaciones más sencillas de la vida diaria, que todos podían entender, para formar el carácter de sus discípulos.
Un gran ejemplo de esto fue la Última Cena. Ahí, el Señor marcó los corazones de todos sus discípulos y les dio poderosas enseñanzas en un contexto tan sencillo como compartir la cena.
Y entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía. Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. Y los hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es este, que aun los vientos y el mar le obedecen?
(Mateo 8:23-27) RVR1960
4. Jesús formó a Sus discípulos de manera personal: Recordemos que cuando Dios decidió formar al hombre del polvo de la tierra, no lo hizo de manera impersonal, sino que usó Sus propias manos para trabajar en nosotros. Incluso acercó Su rostro y sopló aliento en su nariz.
Del mismo modo, Jesús mismo se encargó de formar a cada uno de sus discípulos y nunca delegó esa tarea a alguien más.
Todo esto nos ayuda a entender que la formación de nuestros discípulos es una tarea altamente personal, que no podemos delegar y que requiere de todo nuestro cuidado.
Es por esto que los lazos de amistad y confianza son fundamentales en todo el proceso de liderazgo.
Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso.
(Lucas 19:5-6) RVR1960
¡Recuerda! La mayoría de los que se acercan al Señor Jesucristo son como el barro, llenos de imperfecciones, debilidades, flaquezas, etc. Pero poco a poco, a través de tu vida, el Señor convierte ese barro en una obra maestra, es decir, en líderes que cambian el mundo.