¿Por qué doce? ¿Por qué no once, o trece?
¿Por qué Jesús no se centró en capacitar a las multitudes? ¿Por qué volcó su fuerza en capacitar a doce?
¿Cuál es el secreto que hay en los doce?
La respuesta a todo esto es muy sencilla, el propósito de Jesús era establecer el Reino de Dios en la tierra y el número doce, en la Palabra, nos habla de GOBIERNO. Recuerde que Dios estableció al pueblo de Israel y decidió gobernarlo a través de las doce tribus; también estableció su Iglesia y decidió gobernarla a través de los doce apóstoles.
Aunque el trabajo para desarrollar el ministerio incluye diferentes áreas, el corazón de la Visión y el fundamento del crecimiento ministerial es la conformación del equipo de 12.
Tenemos el ejemplo de la iglesia primitiva. Judas Iscariote era un apóstol, tenía una responsabilidad y un ministerio. Antes de ser llenos del Espíritu Santo y comenzar con el crecimiento explosivo, los once se reunieron para elegir el reemplazo de Judas; además, recuerda que a pesar de tener dos buenos candidatos, solamente eligieron a uno (Hechos 1:21-26). Podían haberse quedado siendo solamente 11, o haber aceptado a ambos para ser 13, pero de manera consciente –y dirigida por el Señor– eligieron volver a ser 12.
Cuando Jesús pensó en la forma en la cual desarrollaría su ministerio y lo haría trascender a través de los siglos, su estrategia consistió en establecer un equipo de 12 discípulos. En Marcos 3:14, dice:" Y estableció a doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar". Lo anterior nos muestra el ejemplo de Jesús, el ser con más sabiduría que ha pisado este mundo, escogió formar un equipo de 12 como su estrategia para servir a Dios.
1 Pedro 2:21 dice que todo lo que hizo Jesús fue con el propósito de dejarnos ejemplo para que sigamos sus pisadas.