La visión rompe el esquema tradicional de liderazgo centrado en una sola persona, brindando la oportunidad a todo aquel que haya experimentado un proceso de restauración y capacitación.
Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.
(2a. Timoteo 2:2) RVR1960
El Señor Jesús nos dio el mejor ejemplo de trabajo en equipo al conformar un grupo de 12 hombres, a quienes preparó derramando su carácter en ellos, a fin de que fueran sus colaboradores durante su ministerio en la tierra y después que Él se fuera.
1. Trabajo en equipo: Destacamos la importancia del trabajo en equipo tal como lo hizo Jesús, aplicando la estrategia del modelo de los doce para el alcance y desarrollo de la visión.
Después llamó a los doce, y comenzó a enviarlos de dos en dos; y les dio autoridad sobre los espíritus inmundos.
(Marcos 6:7) RVR1960
2. Fidelidad: Para implementar la Visión es fundamental tener claro el principio de la fidelidad, el cual consiste en seguir las sugerencias dadas en cada paso de la visión, sin añadir ni quitar nada.
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
(Juan 15:4) RVR1960
3. El valor de cada miembro de tu iglesia: Cada persona que llega a tu iglesia es muy valiosa, nunca se debe mirar la tierra que la cubre, es como estar enfocados en sus problemas y conflictos, debes mirar el gran valor en lo profundo del corazón de cada persona y así los discípulos florecerán.
También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,
que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
(Mateo 13:45-46) RVR1960
4. Edificar la Iglesia: Cuando vemos a cada miembro de la iglesia como un líder y nos dejamos guiar por el Espíritu Santo cada persona encuentra su lugar en la visión y así se hace muy fácil implementarla.
Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos.
Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.
(Mateo 16:17-18) RVR1960