“El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva”
(Juan 7:38) RVR1960
La gente tiene una gran confusión en lo concerniente a creer en Jesús; algunos lo hacen por aquietar su conciencia, porque están bajo el yugo de una tradición, porque saben que existe un ser superior y quieren intentar una relación superficial con Él; hay quienes forman parte de alguna comunidad cristiana, pero viven un cristianismo a su manera.
Jesús mismo nos da verdadera dirección para que podamos disfrutar de una buena relación con Él, y el secreto radica en saber qué es lo que la Biblia dice de Jesús para poder relacionarnos con Él.
El salmista dijo:
“¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?”
(Salmos 139:7-12) RVR1960
David alcanzó una profunda comprensión acerca de quién era el Espíritu de Dios; posiblemente trató de medir a Dios, pero llegó a la conclusión de que Él es tan grande que Él lo llena todo y está en todo lugar.
1. Dios habitando en nosotros: Cuando el rey Salomón dedicó a Dios el templo que había construido, expresó:
“Pero ¿es verdad que Dios morará sobre la tierra? He aquí que los cielos, los cielos de los cielos, no te pueden contener; ¿Cuánto menos esta casa que yo he edificado?”
(1 Reyes 8:27) RVR1960
Salomón pudo ver la grandeza de Dios y entendió que la tierra no era suficiente para sostener Su presencia.
A través del profeta Isaías, el Señor declaró:
“Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de mis pies; ¿Dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde el lugar de mi reposo? Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra”
(Isaías 66:1-2) RVR1960
Pablo en su discurso a los atenienses les dijo:
“El Dios que hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos humanas, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo; pues él es quien da a todos vida y aliento y todas las cosas. Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos”
(Hechos 17:24, 25,28) RVR1960
Siendo Dios tan majestuoso, grande y poderoso aceptó hacer del corazón del creyente Su propia morada prefirió habitar dentro nuestro a vivir en un hermoso y lujoso santuario.
2: El Espíritu Santo es una persona: Cuando decimos que Él es una persona, nos referimos a que tiene las mismas características que una persona, es decir, que ama, siente, se entristece, se conduele y tiene las mismas sensaciones de un ser humano.
Algunas personas piensan que a Dios no le importa lo que ellas viven, que tampoco le interesan sus problemas, pero están equivocados, porque el mismo Jesús dijo que así como el padre se compadece de los hijos, el Señor se compadece de los que le temen y ese mismo corazón de compasión tiene Dios.
Isaías lo expresó diciendo que en todas las aflicciones de ellos, Él fue afligido.
Cuando un padre o una madre ven que su hijo está enfermo se angustia, ellos harían cualquier cosa para que el niño pase el momento de dolor. Dios, nuestro Padre Celestial, anhela lo mismo. Él desea que todos Sus hijos gocen de buena salud, y que Su bendición fluya en todas las áreas de sus vidas.
El Apóstol lo expresó diciendo:
“Amado, yo deseo que tú prosperes en todas las cosas y que tengas salud así como prospera tu alma”
(3a. Juan 1:2) RVR1960
Juan habla específicamente del deseo del corazón de Dios y que al ser una persona, desea bendecir su vida con paz, con prosperidad, con crecimiento espiritual, con armonía familiar, etc. ¡Desea su bien porque le ama!
3. Dependiendo de él:
“Como Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo este anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él”
(Hechos 10:38) RVR1960
El Espíritu Santo vino a la Persona de Jesús, es decir, que el Espíritu y el Verbo estaban unidos.
Dios llenó a Jesús con el Espíritu Santo y por esa unción que fue depositada en Él es que el Señor fue movido a hacer bien, a sanar la gente y a liberar a los oprimidos por el diablo.
Algo poderoso que debes saber es que el mismo Espíritu que fue dado a Cristo también nos ha sido dado a nosotros, esto sucedió en el día del Pentecostés cuando el Espíritu Santo vino sobre todos los creyentes. Ese día, el Espíritu le estaba diciendo a la iglesia que ya no estaría más sola porque a partir de ese momento Él caminaría con ella.
El representante legal de Dios en esta tierra es el Espíritu Santo y lo puede ser porque Él es una persona. La iglesia primitiva ante el primer concilio en Jerusalén envía una carta, como lo relata el libro de Hechos:
“Porque ha parecido bien al Espíritu Santo, y a nosotros, no imponeros ninguna carga más que estas cosas necesarias: que os abstengáis de lo sacrificado a ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación; de las cuales cosas si os guardaréis, bien haréis. Pasadlo bien”
(Hechos 15:28,29) RVR1960
Al expresar “Ha parecido bien al Espíritu Santo…” vemos que la iglesia respetaba la opinión y la guía del Espíritu; cada decisión que iban a tomar, primero la consultaban con Él y esperaban Su aprobación.
“¿O pensáis que la Escritura dice en vano:El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?”
(Santiago 4:5) RVR1960
El Espíritu Santo anhela ser parte de tu vida, Él desea morar en ti, pero no quiere solo una parte de tu ser, Él anhela el control total.
Si le permitimos dirigir nuestras vidas, no nos equivocaremos en ningún paso que demos, dado que para el Espíritu es tan claro el presente como el futuro. Aunque no entendamos muchas cosas, si igual las hacemos en obediencia a Él, luego veremos los resultados efectivos de nuestras decisiones. Llevo más de treinta años sirviendo al Espíritu Santo y puedo decir que no hay otro como Él.
Lo que más busca Satanás es que los pastores y líderes se descuiden en la vida de oración y en el estudio de la Palabra. Aprovechando este descuido, viene a bombardearlos con toda clase de pensamientos negativos, tratando de llevarlos al desaliento y a la pereza; les presiona con diferentes problemas, ocupaciones, y se enredan en muchas cosas que los pueden asfixiar.
La prioridad de cada uno de ustedes es correr al ritmo de la visión. Tienen que tener esa fuerza interna para correr a una gran velocidad; ustedes no están en este mundo por casualidad, están dentro del propósito divino; Dios ha creído en cada uno de ustedes; no le fallen a Dios, antes deben poner de su parte para tratar de hacer lo mejor para Él.
Siempre el enemigo tratará de que tú lleves a cabo lo opuesto a lo que Dios quiere que haga; por lo cual, debes mirar en qué áreas eres débil, y entender que lo opuesto a ello, es en lo que Dios te quiere usar. Tu mayor fortaleza viene a ser aquello que antes era tu más grande debilidad.